La crisis política ha envuelto las elecciones presidenciales del 5 de mayo en Panamá, exacerbando la incertidumbre en un país que enfrenta sequía y las consecuencias de protestas generalizadas.

El ex presidente Ricardo Martinelli, que aparecía como favorito en las encuestas, fue descalificado para postularse después de recibir una sentencia de 10 años por lavado de dinero. El Tribunal Electoral de Panamá ha permitido que su compañero de fórmula, un ex ministro de Seguridad Pública llamado José Raúl Mulino, ocupe su lugar. Martinelli afirma que está siendo perseguido políticamente.

Martinelli gobernó Panamá durante un período de fuerte crecimiento económico y fue popular a pesar de su convicción. Mulino parece haber heredado a sus seguidores. El resultado es una paradoja: aunque los panameños ven la corrupción como uno de los problemas más apremiantes del país, también han mostrado el mayor apoyo a Mulino, quien respalda firmemente a Martinelli.

Las elecciones se llevan a cabo en medio de una amplia frustración con el establishment político. El actual presidente, Laurentino Cortizo, del partido político más grande de Panamá, es extremadamente impopular y ha resistido escándalos de corrupción. Su administración provocó enormes protestas, y los panameños paralizaron el país en 2023 para oponerse a un contrato de minería de cobre que, según los críticos, pondría en peligro el medio ambiente.

Los conflictos políticos y la agitación social han afectado el clima para la inversión extranjera, un área de la que Panamá depende en gran medida. En marzo, Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia de Panamá, citando el cierre de la mina por parte del gobierno después de las protestas. Se espera que el crecimiento del producto interno bruto del país disminuya al 2,5 por ciento en 2024 desde el 7,5 por ciento en 2023 como resultado del cierre, según el Fondo Monetario Internacional.

Ocho candidatos compiten por un mandato de cinco años en una votación de vuelta única. Panamá no permite que los presidentes en ejercicio se postulen para un segundo mandato consecutivo. Panamá también está eligiendo a sus representantes en la Asamblea Nacional y en los gobiernos locales.

Además de Mulino, los aspirantes incluyen a José Gabriel Carrizo, conocido como Gaby, quien es el actual vicepresidente; Martín Torrijos, ex presidente e hijo de un dictador panameño que negoció para que Estados Unidos entregara el control del Canal de Panamá; Rómulo Roux, excanciller; y Ricardo Lombana, exdiplomático.

Panamá, un centro comercial global, ha sido una de las economías de más rápido crecimiento del hemisferio, con un desarrollo impulsado por la expansión del Canal de Panamá y inversionistas atraídos por los acuerdos de libre comercio y el uso del dólar como moneda local. Pero el próximo presidente tendrá que abordar muchas cuestiones fiscales, ambientales, migratorias y de corrupción.

El sistema de pensiones de Panamá sufre de un alto déficit. La economía, que se basa en gran medida en el trabajo de servicios, también tiene escasez de mano de obra calificada y un gran número de trabajadores informales, lo que agrava la desigualdad de ingresos.

Los desafíos ambientales incluyen una sequía que ha creado bajos niveles de agua en el canal, lo que ha resultado en una reducción del número de barcos permitidos. El impacto financiero hasta ahora ha sido limitado debido a los aumentos en los peajes antes de que comenzara la crisis del agua, pero las compañías navieras podrían eventualmente buscar formas de evitar el canal.

Cientos de miles de migrantes recorren la selva del Darién Gap en Panamá, creando una carga humanitaria que el próximo gobierno tendrá que abordar. Por último, la corrupción es una preocupación siempre presente, y los sonados escándalos de soborno de Odebrecht y los “Papeles de Panamá” han colocado al país en un foco poco halagador en los últimos años.

Las encuestas muestran a Mulino con una ventaja de más de 10 puntos sobre Lombana, Torrijos y Roux, sus rivales más cercanos. La campaña de Mulino ha dicho que “Mulino es Martinelli”, y no está claro si Mulino puede ayudar en la situación de Martinelli si es elegido presidente. Martinelli huyó a la Embajada de Nicaragua en la ciudad de Panamá después de que la Corte Suprema confirmó su condena este año.

En marzo, la Corte Suprema de Panamá dijo que escucharía una impugnación de la decisión del Tribunal Electoral de permitir que Mulino reemplazara a Martinelli como candidato presidencial. No está claro cuándo gobernará.

El Tribunal Electoral proporcionará resultados electorales informales después de las 4:30 pm del día de las elecciones. Se espera que el ganador quede claro esa noche.

Compartir
Exit mobile version