Incautadas en el puerto de Algeciras OCHO toneladas de cocaína escondidas en un contenedor de carga especialmente construido.
La bonanza de cocaína, la segunda mayor de la historia de España y la más reciente de una serie de incautaciones de varias toneladas, estaba escondida en un buque portacontenedores que tomaba una ruta laberíntica desde Surinam a Algeciras vía Panamá.
Pero el puerto de la provincia de Cádiz no era el destino final para descargar la mercancía ilegal: el manifiesto de la carga incluía planes para proceder a Leixoes, Portugal, antes de descargar y devolver las drogas a España por carretera.
Todo era parte de una elaborada artimaña para disfrazar los orígenes de la carga y desviar a los inspectores de aduanas del rastro de lo que de otro modo podría parecer un envío sospechoso.
Los narcóticos estaban empaquetados dentro de una estructura metálica hecha a medida que oficialmente contenía solo un generador, pero que en realidad ocultaba una partición oculta cuidadosamente construida.
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Increíblemente, el compartimento secreto fue elaborado a partir de una aleación diseñada para disipar las señales del escáner, de modo que sólo el generador fuera visible para el personal del puerto de Algeciras.
Sin embargo, el trabajo de los narcotecnistas faltó, ya que los inspectores pudieron distinguir en las pantallas de sus escáneres una gran cantidad de palets perfectamente apilados que ocupaban prácticamente todo el espacio disponible.
Al principio simplemente pensaron que se habían topado con objetos legales no declarados, lo cual era un delito, pero no de tal magnitud.
Sólo cuando los agentes de Vigilancia Aduanera de Algeciras procedieron a forzar la caja metálica secreta -que no tenía ningún mecanismo de apertura- se dieron cuenta del tesoro escondido de Charlie escondido en ella.
Una vez que iluminaron la cámara, vieron numerosos paquetes, bultos y bolsas de cocaína de alta pureza, que suman alrededor de ocho toneladas dentro de más de 7.000 ladrillos.
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Los inspectores del puerto habían señalado que el contenedor era potencialmente sospechoso antes de llegar a Algeciras.
Esto permitió que un equipo estuviera listo para inspeccionarlo a su llegada el lunes 5 de febrero.
La operación, que supuso una de las segundas incautaciones más importantes jamás realizadas en España, dio lugar a la detención del individuo previsto para recibir el contrabando, mientras que otros dos más están bajo investigación.
Continúan los esfuerzos para capturar al dueño de la empresa que estaba destinada a recibir el cargamento.
La incautación no logra superar el récord histórico de capturas de cocaína en España, que se estableció –también en Algeciras– en agosto, cuando se interceptaron nueve toneladas.
Se esperaba que el valor estimado del botín en el mercado negro superara los 3.000 millones de euros, una vez que se tienen en cuenta elementos como los niveles de pureza y el reciente aumento de los precios de los narcóticos.
El barco fue interceptado en aguas abiertas por agentes de la Policía Nacional y de la Agencia Tributaria, según fuentes policiales.
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