El presidente Trump dijo el martes que tenía la intención de imponer un arancel del 10 por ciento a las importaciones chinas a Estados Unidos el 1 de febrero, una decisión que seguramente aumentará las tensiones comerciales entre las economías más grandes del mundo.
En su discurso en la Casa Blanca, Trump dijo que los aranceles eran una respuesta al papel de China en la crisis del fentanilo en Estados Unidos. Trump dijo que China estaba enviando fentanilo a Canadá y México, desde donde sería transportado a Estados Unidos.
La amenaza arancelaria se produce después de que Trump dijera el lunes que planeaba imponer un arancel del 25 por ciento a las importaciones de Canadá y México como castigo por permitir que el fentanilo y los inmigrantes ilegales cruzaran a Estados Unidos.
“Estamos hablando de un arancel del 10 por ciento a China basado en el hecho de que están enviando fentanilo a México y Canadá”, dijo Trump.
Esos aranceles se sumarían a los impuestos que Trump impuso a importaciones chinas por valor de más de 300 mil millones de dólares durante su primer mandato. Esos aranceles fueron mantenidos por el ex presidente Joseph R. Biden Jr., quien impuso gravámenes adicionales a los vehículos eléctricos, células solares, semiconductores y baterías avanzadas chinos.
Se espera que la promesa de Trump de imponer aranceles a China, Canadá y México dé lugar a medidas de represalia contra las industrias estadounidenses. Los economistas han advertido que una guerra comercial global podría provocar un repunte de la inflación y frenar el crecimiento económico de Estados Unidos.
Trump firmó una orden ejecutiva el lunes ordenando a varias agencias estudiar una amplia variedad de cuestiones comerciales con miras a futuros aranceles, pero no impuso ningún nuevo impuesto de inmediato, como había amenazado anteriormente.
En lugar de eso, ordenó a los funcionarios estadounidenses que examinaran los flujos de inmigrantes y drogas desde Canadá, China y México hacia Estados Unidos, y el cumplimiento de esos tres países y otros de sus acuerdos comerciales existentes con Estados Unidos.
Trump negoció un nuevo acuerdo comercial con Canadá y México durante su primer mandato: el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, o USMCA. También acordó un pacto comercial limitado con China que se suponía recompensaría a los agricultores estadounidenses.
Desde entonces ha dicho que quiere reescribir ambos acuerdos durante su segundo mandato.
Trump y Xi Jinping, el presidente de China, hablaron la semana pasada y discutieron sobre comercio, fentanilo y áreas donde las dos economías más grandes del mundo podrían trabajar juntas.
Después de la acción arancelaria de Trump contra China en su primer mandato, firmó un amplio acuerdo económico en 2020.
Las relaciones entre los países se desmoronaron durante la pandemia, que Trump atribuyó a China, y Beijing no cumplió con muchos de sus acuerdos en el acuerdo, incluida la compra de productos agrícolas estadounidenses.
Scott Bessent, el elegido por Trump para ser secretario del Tesoro, dijo durante su audiencia de confirmación la semana pasada que planeaba presionar a sus homólogos chinos para que comenzaran a comprar productos agrícolas estadounidenses como había prometido su gobierno.
El candidato del Tesoro también dijo que presionaría a sus homólogos chinos para que compraran productos adicionales para compensar lo que se suponía que el país debía comprar en los últimos cuatro años.