estaban volcando y los llevó a un lugar seguro. La mayoría se convirtieron en buenos ciudadanos estadounidenses que trabajaron por una nación próspera y saludable. Compárese esto con la forma trágica en que afrontamos hoy la crisis de los inmigrantes. Carter tenía visión de futuro. Dejó de lado sus intereses políticos a corto plazo para abordar desafíos que exigían sacrificios para proteger a nuestros hijos y nietos de daños dentro de una o dos décadas. Muy pocas personas en los años 1970 habían oído el término “cambio climático”. Sin embargo, Carter arriesgó su presidencia para aprobar leyes para conservar energía, desregular los nuevos precios del petróleo y el gas e invertir en alternativas solares, eólicas y geotérmicas limpias y renovables a los combustibles fósiles. No fue un programa perfecto pero, gracias a Carter, el consumo de energía de Estados Unidos disminuyó un 10% entre 1979 y 1983. En muchos sentidos, sentó las bases para que los futuros presidentes se enfrentaran al cambio climático. Algunos pensaron que estaba loco por luchar tan duro para aprobar estos proyectos de ley, pero tenía toda la razón. Todos sabemos que el presidente Carter elevó los derechos humanos al primer lugar de su agenda, pero a veces olvidamos cuán seriamente presionó para promover los derechos de las mujeres. Propuso y firmó la ley que amplía el plazo para que los estados aprueben la Enmienda de Igualdad de Derechos, que ahora, finalmente, ha sido ratificada por tres cuartas partes de los estados. Nombró a mujeres para encabezar los Departamentos de Comercio, Educación, HEW y HUD. Las mujeres de su personal en la Casa Blanca desempeñaron papeles cruciales en el desarrollo de sus propuestas y leyes energéticas y ambientales de máxima prioridad que desregulan nuestras industrias de petróleo y gas, transporte por carretera y aerolíneas. Y aumentó dramáticamente las filas de juezas de tribunales de circuito y de distrito, incluida Ruth Bader Ginsburg. En total, nombró cinco veces más mujeres para cargos federales que todos sus predecesores juntos. Hace dos décadas, el presidente Carter dijo que creía que la desigualdad de ingresos era el mayor problema mundial. Hace dos años, en un discurso en Lynchburg, dijo: “Creo que ahora… es el tercer