‘Ser o no ser’, es una pregunta con un anillo completamente nuevo en la producción de Teatro La Plaza realizada por ocho actores y actrices con el síndrome de Down y las discapacidades cognitivas de Lima, Perú.
Para un comienzo, existe la cuestión inmensamente difícil de un derecho a la vida que este grupo demográfico ha enfrentado históricamente, incluso a veces proveniente de sus propios padres mientras todavía estaban en el útero. Ahora, como adultos jóvenes, nos confían en las escenas introductorias, con frecuencia enfrentan mandatos de sus padres sobre su necesidad básica de intimidad y reproducción sexual, no muy diferente de los jóvenes protagonistas de la obra de Shakespeare (aunque por diferentes razones). Y luego, finalmente, existe el hecho de que simplemente no les gusta la forma en que Laurence Olivier hizo el discurso. “Actuar no es imitar”, una de las aldeas de este conjunto (todos los cuales se toman a su vez para usar la corona), se declara a otra mientras rompe un baile latino.
A pesar de su arraigo en preguntas tan oscuras, esta producción es notablemente ligera en sus pies y completamente afirmativa de la vida. Si bien nunca pierde su sentido del humor, también abunda en momentos sutilmente poéticos: primeros planos románticos, fantasías de ensueño, conmovedoras frases. Su uso de video, especialmente una aparición en Skype de Ian McKellen (en español) y una breve cita visual de la versión Olivier de 1948, recuerda el propio 2007 del Grupo Wooster Aldea Realizado en el contexto de la interpretación de Richard Burton de la ‘Theatrofilm’ de 1964 dirigida por John Guilgud. Todo esto también dice que la versión de La Plaza se mantiene firme dentro de este Salón de la Fama y está tan robusta artísticamente informada como socialmente comprometida.
Teatro La Plaza es una compañía de teatro fundada en 2003 por la directora y dramaturga Chela de Ferrari. Su misión fundadora era interactuar con la comunidad de una manera abierta y democrática, de ahí el nombre, y promover un nuevo trabajo que se involucre con la complejidad de la humanidad. Su producción de Aldea Se produjo en 2019 como parte del creciente interés de De Ferrari en las obras de Shakespeare y actualmente está haciendo una película documental sobre este proyecto.
Mientras tanto, para el público de teatro en todo el mundo, hay muchos ‘recuerdos’ a quitarle este espectáculo, para tomar prestado un término apropiado de Shakespeare. Uno que se quedó conmigo fue un tríptico de Ophelias discutiendo sus sueños en un telón de videos de un vestido de novia flotando en agua, refractar y volver a armar leitmotifs familiares. Hay otro momento de profundidad recién descubierta con respecto a Horatio y su singularidad existencial. También hay una versión hilarante de The Mousetrap (La Ratonera) que involucra una excavación amistosa en los neurotípicos. Pero el mayor logro de esta producción es la rapidez con que envuelve a la audiencia en su sentido de alegría, poniéndolos de pie y en el escenario para un baile de celebración al final. No se puede perder por nada en el mundo.
Esta publicación fue escrita por Duška Radosavljević.
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La versión completa del artículo “Hamlet”, Teatro La Plaza, Barbican está disponible en Theatre Times.