En el Teatro Franco Parenti de Milán, Fragmentos de memoria caótica en tinta multicolor (Memoria desordenada por la tinta policromada) funciona del 20 de marzo al 13 de abril. Esta nueva obra de Gianni Forte, dirigida por Fausto Cabra, se centra en el caso de Billy Milligan, quien, a fines de la década de 1970, secuestró, atacó y violó a tres estudiantes universitarias, antes de ser arrestados y juzgados. El caso llegó a los titulares en Estados Unidos, debido al comportamiento ilegal de Milligan, pero ante todo debido al veredicto del juicio. Fue la primera persona en los Estados Unidos en ser absuelto por locura, habiendo sido diagnosticado con un trastorno de múltiples personas, luego clasificada como lo hizo (trastorno de identidad disociativo). El informe psiquiátrico indicó que Milligan tenía 24 personalidades diferentes. Esta intrigante historia es el tema del libro de no ficción de Daniel Keyes, Las mentes de Billy Milligan (1981), y en 2021 Netflix hizo las docuserías exitosas, Monstruos adentro; Las 24 caras de Billy Milligan. Para este recuento de la historia de Milligan, Gianni Forte ha escrito un psicodrama, estructurado en escenas cortas, cada una de las cuales representa y explora fragmentos de la mente problemática de Billy. La existencia de la montaña rusa del joven se desarrolla, aparentemente al azar, en una etapa casi vacía, donde las proyecciones de video, incluidas las instrucciones e imágenes del escenario, aparecen de vez en cuando en un telón de fondo. La obra es llevada al escenario por Raffaele Esposito que encarna varias de las múltiples personalidades de Milligan, mientras que Anna Gualdo y Elena Gigliotti juegan de manera excelente (las mujeres violadas, la investigadora policial, la psicóloga, la enfermera de la clínica, la madre de Billy, una figura narradora). La jugada comienza con un comediante de segundo nivel que cuenta con chistes de segunda categoría: más tarde se rinde que la cifra es el padrastro de Billy, que lo abusó mal de él cuando era niño. En otra escena, aparecen múltiples disparos en la cabeza de Billy en el contexto, mientras habla con un psicólogo que busca averiguar cuál de sus múltiples personalidades fue responsable de las violaciones. Ella amenaza con llevar a cabo el lavado gástrico y maltrata físicamente a Billy, que está visiblemente asustado, pero también se niega a ceder. Él valientemente declara que él quiere ser el que escriba el final de su historia y nadie más. Otra de las identidades de Billy es precisamente una joven muy segura de sí misma, a quien Esposito se transforma en el movimiento de un ojo. En las escenas de ritmo rápido, de vez en cuando las dos actrices se convierten en figuras de narradores, recordándonos que se trata de teatro y fantasía. Mientras Billy se golpea en la nariz con sus esposas, haciendo que lo que parece que la sangre se desliza por sus mejillas, el narrador señala que esto no es sangre, sino jugo de tomate. Tales estrategias metateatrales sirven para distanciarnos de la acción en el escenario, especialmente necesarias en la escena de la violación, cuando Billy arroja enojado a su víctima al suelo y simula atacarla y violarla. También escuchamos el relato de la víctima de su desgarradora experiencia como revela en las imágenes gráficas que el trauma puede provocar una acción violenta. Todo esto, mientras la canción de los Beatles “I Need Your Love” suena suavemente en el fondo. La escena final muestra a Billy con su madre, quien niega que haya sido parcialmente responsable de su infeliz infancia y afirma que no estaba al tanto del abuso de su padrastro. Este choque entre madre e hijo permanece en la mente, siguiendo su conmovedora declaración: “Un hijo inevitablemente termina poniendo a su propia madre en las acciones”. La interpretación matizada de Raffaele Esposito de Billy es excepcional; A través de su lenguaje corporal y una interpretación sensible del guión, logra transmitir las múltiples personalidades del personaje, su naturaleza salvaje y su lado más suave. Anna Gualdo y Elena Gigliotti también ofrecen excelentes actuaciones, cambiando a la perfección entre los roles. La banda sonora de Mimosa Campironi, con música rock de la década de 1970 y un diseño de video completa esta puesta en escena realmente convincente creada por Fausto Cabra. Fragmentos de memoria caótica en tinta multicolor Es una nueva producción de Teatro Franco Parenti.
Esta publicación fue escrita por Margaret Rose.
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La versión completa del artículo “Fragmentos de la memoria caótica en tinta multicolor” está disponible en Theatre Times.