El secretario de Estado, Antony J. Blinken, se reunirá con el líder de China, Xi Jinping, en Beijing el viernes, en un intento de mantener unida una relación conflictiva a pesar de las disputas sobre la economía, la seguridad nacional y las fricciones geopolíticas en el este de Asia, Oriente Medio y Ucrania.

Tanto China como Estados Unidos han dicho que esperaban avances en algunos frentes pragmáticos más pequeños, incluida la mejora de las comunicaciones entre sus ejércitos y la facilitación de los viajes entre los dos países. Pero siguen estancados en cuestiones estratégicas fundamentales, incluidas las políticas comerciales y conflictos territoriales en el Mar de China Meridional y sobre Taiwán. Ambas partes reconocen el peligro de que la relación desemboque en un mayor conflicto.

La administración Biden está profundamente preocupada de que las exportaciones chinas baratas estén amenazando los empleos estadounidenses y le preocupa el apoyo de China a Rusia en la guerra de Ucrania. Y China ha acusado a Estados Unidos de trabajar para cercar los intereses chinos en el Pacífico.

Más temprano ese día, Blinken pasó más de cinco horas con el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, en reuniones y un almuerzo de trabajo en la Casa de Huésped Estatal Diaoyutai en Beijing.

En sus comentarios, Wang adoptó un tono algo más conciliador que en el pasado y le dijo a Blinken que “la relación China-Estados Unidos está comenzando a estabilizarse” y que su futuro dependería de las decisiones de ambos países. Durante la visita de Blinken el año pasado, Wang culpó al deterioro de los lazos con Estados Unidos, que, según dijo, necesitaba “reflexionar sobre sí mismo”.

Pero Wang también advirtió el viernes que los factores negativos en la relación todavía estaban “aumentando y creciendo”.

“La relación enfrenta todo tipo de interrupciones”, dijo Wang el viernes. “Los legítimos derechos de desarrollo de China han sido suprimidos injustificadamente y nuestros intereses fundamentales enfrentan desafíos”.

“Espero que podamos lograr algunos avances en las cuestiones en las que nuestros presidentes acordaron que deberíamos cooperar, pero también aclarar nuestras diferencias, nuestras intenciones y dejar muy claro cuál es nuestra posición”, respondió Blinken.

Entre otros objetivos, los funcionarios estadounidenses quieren que China avance para detener el flujo hacia Estados Unidos de sustancias químicas utilizadas para fabricar fentanilo y fortalecer la comunicación entre los ejércitos de los respectivos países para tratar de evitar caer en una guerra. Los funcionarios chinos dijeron que promoverían más intercambios culturales entre los países y presionarían a Estados Unidos para que pusiera fin a los interrogatorios de estudiantes chinos en la frontera.

En las últimas semanas, los funcionarios estadounidenses han comenzado a plantear con mayor urgencia preocupaciones sobre la asistencia económica de China a Rusia. China ha negado haber proporcionado armas para el esfuerzo bélico de Rusia, lo que Washington ha dicho que sería una línea roja, pero funcionarios estadounidenses dicen que todavía está impulsando la industria de defensa rusa mediante la venta de componentes que pueden usarse con fines civiles o militares.

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