Sean Combs, el magnate del hip-hop que construyó un imperio comercial en torno a su marca personal, fue condenado el miércoles por transportar prostitutas para participar en sus maratones sexuales alimentados con drogas, pero absuelto de extorsión y tráfico sexual, los cargos más graves contra él. Julia Jacobs, reportera de la cultura del New York Times, explica el veredicto.

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