¿Cuál es el propósito de las artes escénicas cuando las apuestas son literalmente la vida y la muerte? Riot de coño Días antidisturbios Se enfrenta a esta pregunta con la franqueza inquebrantable, transformando la sala de conciertos en un espacio de urgencia política genuina que hace que la mayoría del activismo teatral sea vergonzosamente seguro en comparación.

Esta pieza complementaria de las memorias ya publicadas de Maria Alyokhina y su próxima secuela opera como forma híbrida: concierto de partidos, detección documental, recuerdo ritual en parte. El conocido reconocimiento visual de anclaje multicolor de Balaklavas, pero el poder real se encuentra en cambios inesperados: procesiones similares a la vigilia a través de la audiencia, la pulverización de agua bautismal, un deslizamiento electrizante en el silencio de Irina Slavina, el activista de Nizhny Novgorod que se autoinmoló en 47. Estos momentos trascienden el recuerdo de la actuación regular en algo casi espiritual.

La integración de imágenes de guerra y material documental junto con el concierto en vivo crea yuxtaposiciones discordantes que rechazan el consumo cómodo. Cuando invocan a Navalny o hacen referencia a la prohibición de las sacerdotes femeninas de Rusia, lo político no es abstracto sino inmediato, corporal. Un baterista proporciona un acompañamiento sorprendentemente efectivo a las voces que se han ganado el reconocimiento global a través del sacrificio genuino.

Sin embargo, las preguntas persisten sobre el contexto y la complicidad. La trayectoria del colectivo, desde la catedral “hooliganismo” a través de múltiples instancias de encarcelamiento brutal hasta giras internacionales, plantea preguntas complejas sobre cómo el disenso viaja a través de las fronteras y plataformas. ¿Qué está en riesgo exactamente en esta actuación en vivo y para quién? ¿Qué pasa con el niño mencionado casualmente de Alyokhina? ¿Y cómo se implica o absuelve el oeste en todo esto?

No para los débiles de corazón podría ser una advertencia precisa aquí, aunque no solo para el contenido gráfico. Pussy Riot exige confrontación con realidades políticas que la mayoría de los teatro evita estudiosamente. Su presencia nos recuerda qué cuesta el coraje, y cómo el rendimiento raramente contemporáneo exige algo comparable a los artistas o al público.

Esta publicación fue escrita por Duška Radosavljević.

Las opiniones expresadas aquí pertenecen al autor y no reflejan necesariamente nuestras opiniones y opiniones.

La versión completa del artículo “Riot Days” de Pussy Riot, Edimburgo Festival Fringe 2025 está disponible en Theatre Times.

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