La administración de Kicillof le impide donar parte de su sueldo. se profundizan los roces en medio de la campaña electoral.
En medio del minucioso detalle que hizo de los tres años de su gobierno y de anuncios para lo que resta de gestión, del discurso de Guillermo Montenegro en la apertura de sesiones volaron palos para Provincia y Nación “por la falta de acompañamiento”. Un día después, como un boomerang, una astilla volvió hacia el intendente de Mar del Plata.
Llegó desde la Provincia de Buenos Aires. El Tribunal de Cuentas bonaerense le niega al intendente marplatense, observándolo administrativamente, la renuncia al cobro de parte de su sueldo y que pretende donar.
“El municipio está siendo discriminado por la Provincia y la Nación por cuestiones partidarias”, dijo Montenegro a Clarín: “nuestro distrito se encuentra en el puesto 134 de 135 localidades bonaerenses en cuanto a la coparticipación, es una locura”.
EI intendente fundamentó su queja no sólo en la cantidad la cantidad de habitantes que tiene General Pueyrredón, “con 1500 industrias y 12 mil empresas se trata del distrito productivo más importante de la provincia de Buenos Aires”.
La pelea, ahora, radica en el sueldo del intendente enmarcada en una ajada relación con los gobiernos de Axel Kicillof y de Alberto Fernández, que el marplatense no oculta. De hecho, en el discurso con el que abrió el período de sesiones soslayó cualquier eufemismo.
“A pesar de los palos en la rueda y la discriminación de Nación y Provincia decidimos ser austeros, creativos, animarnos para dejar de ser la ciudad del no. Los gobiernos prohibicionistas, paternalistas, que ponen trabas constantemente, no van más”, los acusó. Un día después, el Tribunal de Cuentas lo observó.
Ni bien asumió la intendencia de Mar del Plata, Montenegro se redujo el sueldo un 20% y a toda la planta política un 15%. En noviembre del año pasado, subió esos porcentajes al 30% y 20%, respectivamente. El ahorro por la donación de sueldos de funcionarios políticos “en los cuatro años sumarán un total aproximado de $175 millones a valor nominal”, explicaron en la comuna.
“Al principio de la gestión, el intendente pidió reducir su sueldo y el de todos sus funcionarios. Cómo por ley provincial no puede bajarse el sueldo, tuvo que hacerlo a través de una donación a la misma municipalidad”, explicó a este diario el concejal Fernando Muro.
Con la primera decisión, dio la instrucción de que no se le liquide el ítem por antigüedad, el que nunca cobró. “Pero el Tribunal de Cuentas se lo observó y dice que tiene que cobrarlo sí o sí”, contó Muro, que en un tuit denunció que su jefe político es “interpelado por ser austero”.
De la comuna hacen notar que durante la pandemia los funcionarios renunciaron a cobrar el aguinaldo, que se mueven sin choferes ni autos oficiales, y que no se pagan teléfonos celulares. Destacan además una #eficaz” política de reducción de horas extras sin atenuar servicios.
“Tuvimos que gastar recursos y tiempo en contestar para que no se la liquiden y con riesgo de que le venga algún cargo pecuniario por no hacerlo. Es una barbaridad”, sostuvo el funcionario.