El fracturado Parlamento del Líbano superó el jueves más de dos años de estancamiento para elegir un nuevo presidente, un paso crítico para traer estabilidad a un país que intenta recuperarse de una catástrofe económica y una guerra devastadora.
Los legisladores eligieron al general Joseph Aoun, comandante del ejército libanés, por una abrumadora mayoría en la segunda ronda de votación, después de que no logró la mayoría necesaria en la votación inicial. Marcó un gran avance hacia la formación de un gobierno con el mandato de liderar el país después de más de dos años de estancamiento bajo un gobierno provisional débil.
La votación fue vista como un hito crucial para el Líbano, que ha sufrido una serie de desastres en los últimos años, incluido un colapso económico y una guerra entre Israel y el grupo militante libanés Hezbolá que ha dejado en ruinas gran parte del país.
Las elecciones del jueves, que con frecuencia desembocaron en peleas a gritos, también se produjeron en un momento desconcertante para el Líbano y la región en general.
En la vecina Siria, un nuevo gobierno que no ha sido puesto a prueba está intentando trazar un camino a seguir y reconstruir después de años de guerra civil. La caída del régimen de Assad en Siria y la derrota de Hezbollah significan una repentina pérdida de poder para su patrón, Irán.
Los partidarios internacionales del Líbano, incluido Estados Unidos, han dado a entender que el apoyo financiero de posguerra depende de la elección de un presidente. Según el Banco Mundial, la guerra entre Israel y Hezbolá, que ha sido suspendida durante un frágil alto el fuego de 60 días, le ha costado al Líbano 8.500 millones de dólares en daños.
Desde octubre de 2022, cuando Michel Aoun dimitió como presidente al final de su mandato de seis años, el Parlamento no ha logrado elegir un sucesor en 12 votaciones anteriores. Pero Hezbollah, durante mucho tiempo una fuerza política dominante en el Líbano, quedó profundamente debilitado por la guerra con Israel y los analistas señalaron que el grupo probablemente sintió que tenía que hacer concesiones debido a la escala de las necesidades financieras del Líbano.
Los analistas consideran que el nuevo presidente, que no está relacionado con Michel Aoun, cuenta con el respaldo de Estados Unidos y es ampliamente respetado en el Líbano. Ha dirigido las fuerzas armadas del país desde 2017, un papel que lo colocó al frente de la única institución nacional que goza de apoyo intersectario.
“Toda la élite política del Líbano lo ve como una figura aceptable”, dijo Lina Khatib, miembro asociado de Chatham House, una organización de investigación con sede en Londres. “Esto está ligado a la percepción en el Líbano de que el ejército libanés es una institución que trabaja por el interés nacional”.
Los diplomáticos esperan que la estatura de Aoun le permita ejercer una influencia continua sobre el ejército y conduzca a la plena implementación de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, un acuerdo de 2006 que puso fin a la anterior guerra entre Israel y Hezbollah pero no logró mantener la paz. Esperan que sea un modelo para una paz a más largo plazo una vez que finalice el actual alto el fuego.
Ahora se espera que Aoun nombre un primer ministro, en consulta con el Parlamento, y que luego el primer ministro forme gobierno. Sin ninguna facción que tenga mayoría, ese podría ser un proceso largo.