Las conversaciones de alto nivel sobre el alto el fuego parecieron estar ganando impulso el lunes cuando mediadores árabes y estadounidenses presionaron para lograr un acuerdo para detener los combates en Gaza y liberar a los rehenes retenidos por Hamás antes de que el presidente electo Donald J. Trump asuma el cargo el 20 de enero.

Aún no estaba claro si las partes habían llegado a una resolución sobre todas las disputas centrales que han resultado insuperables en rondas de negociaciones anteriores, pero los funcionarios expresaron optimismo de que era posible lograr un acuerdo.

El lunes, el presidente Biden sugirió que un acuerdo entre Israel y Hamás era inminente. “En cuanto a la guerra entre Israel y Hamás, estamos a punto de que una propuesta que expuse en detalle hace meses finalmente llegue a buen término”, dijo en un discurso sobre política exterior.

Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, dijo que había “una clara posibilidad” de que Hamás e Israel pudieran llegar a un acuerdo esta semana.

“La pregunta ahora es si todos colectivamente podemos aprovechar el momento y hacer que esto suceda”, dijo Sullivan a Bloomberg en una entrevista.

Trump dijo durante una entrevista con Newsmax el lunes: “Estamos muy cerca de lograrlo y ellos tienen que hacerlo. Si no lo logran, habrá muchos problemas”.

Continuó: “Entiendo que ha sido, ha habido un apretón de manos y lo están terminando. Y tal vez para el final de la semana”.

Un funcionario de Hamás dijo en un mensaje de texto que se habían logrado avances en todos los temas y que era posible llegar a un acuerdo en los próximos dos días, siempre y cuando Israel no cambie su posición en el último minuto.

Más temprano el lunes, un diplomático árabe dijo que se estaban logrando “progresos reales” en las conversaciones, y dos funcionarios israelíes dijeron que un borrador de acuerdo estaba esperando la aprobación de Hamás, y que las próximas 24 horas se consideraban críticas.

Otros funcionarios israelíes dijeron que se habían creado las condiciones óptimas para un acuerdo, lo que hacía posible un gran avance. Estos funcionarios dijeron que el acuerdo emergente permitiría a Israel mantener una zona de amortiguación en Gaza durante su implementación y que las fuerzas israelíes no abandonarían el territorio hasta la liberación de todos los rehenes.

También dijeron que permitiría a los palestinos desplazados en el sur de Gaza regresar al norte mientras se aplicaban “acuerdos de seguridad” no especificados.

El funcionario de Hamás, el diplomático y los funcionarios israelíes hablaron bajo condición de anonimato para discutir cuestiones diplomáticas delicadas.

Durante meses, en repetidas rondas de conversaciones se han generado esperanzas que se han desvanecido días después, cuando Israel y Hamás se culpan mutuamente por el estancamiento.

Si se logra un acuerdo, traería cierto respiro a los palestinos en Gaza, que han soportado condiciones miserables en campos de desplazados y bombardeos implacables por parte de Israel, y a las familias de los rehenes tomados de Israel, que han sufrido durante meses preguntándose por el destino de sus seres queridos.

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