Este artículo fue publicado originalmente en español.

El descubrimiento es particularmente importante ya que coloca la llegada de las primeras poblaciones en Europa antes de los ‘Antecesores del Homo’, cuyos restos datan de aproximadamente 860,000 años. Es una pieza clave para comprender la evolución de los humanos en el continente.

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Los investigadores españoles han encontrado los restos de un fragmento facial en Atapuerca, en el norte de España, que ha sido identificado como la cara más antigua conocida en Europa occidental, con una edad de entre 1,1 y 1,4 millones de años.

El estudio, publicado en la revista ‘Nature’ y dirigido por iPhes-Cerca, ha revelado este descubrimiento clave sobre las primeras migraciones humanas en Europa.

El fósil, desenterrado en 2022 y apodado ‘Pink’ en un guiño al líder del proyecto, la Dra. Rosa Huguet y el grupo Pink Floyd, pertenecen a una especie de homínido más primitiva que ‘Homo Antecesor’.

Después de un análisis exhaustivo, los científicos atribuyen el fragmento a ‘Homo affinis erectus’, una especie cercana a ‘homo erectus’, aunque la clasificación aún no es definitiva, lo que deja abierto la posibilidad de que sea una población aún no identificada en Europa.

“Es posible que estemos tratando con una especie diferente, una nueva especie que no es un” homo erecto “. Lo que sí sabemos en este momento es que se asemeja a” homo erectus “y que es claramente diferente de la especie que hemos conocido hasta ahora en Europa”, dijo Xosé Pedrígue-álvarez, especialista en la industria líquica y coauthor del estudio, contó el estudio, contó el estudio.

El equipo de científicos, dirigido por la investigadora Rosa Huguet de Iphes-Cerca, ha señalado que este hallazgo es una pieza clave para comprender la evolución de los humanos en el continente. El descubrimiento es especialmente relevante, ya que coloca la llegada de estas primeras poblaciones en Europa antes del ‘Antecorador de Homo’, cuyos restos datan de aproximadamente 860,000 años.

“Hay ejemplos de ‘homo erectus’ en Asia y África, pero en el continente europeo hasta ahora un humano con estas características tan similares al ‘homo erectus’ de otros continentes no se había descubierto”, dice el investigador Xosé Pedro Rodríguez-álvarez.

Tres descubrimientos clave en Atapuerca

Esta es la tercera vez que los científicos españoles han roto su propio récord mundial al encontrar el humano más antiguo de Europa occidental. El primer descubrimiento importante tuvo lugar en la década de 1990, cuando los restos de una especie humana inédita, ‘Antecorante de Homo’, fueron excavados en el sitio de Gran Dolina.

“Cuando se encontraron los fósiles de ‘Antecesor Homo’ en Gran Dolina en 1994, ya estaba claro que eran diferentes de todas las especies conocidas hasta entonces, y al final se decidió crear una nueva especie, que se publicó en 1997”, dice Rodrígue-Álvarez.

Estos fósiles, de unos 900,000 años, sorprendieron a la comunidad científica, ya que desafiaron la idea de que los primeros humanos en Europa occidental no tenían más de 500,000 años. Además, ‘Homo Antiscesor’ tenía características faciales sorprendentemente modernas, con una estructura de cara plana que se parecía a la de ‘Homo sapiens’.

“Más tarde, en 2007, también descubrimos en el Sima del Elefante, pero en una capa arqueológica sobre ella, una mandíbula humana fechada en aproximadamente 1,2 millones de años”, agrega el investigador. Este fósil exhibió características primitivas en el área de la barbilla, aunque su estructura interna mostró características inesperadamente elegantes.

Las herramientas fueron clave para su supervivencia

Además del fragmento facial, los investigadores han encontrado herramientas de piedra y marcas de corte en los huesos de animales, lo que sugiere que estos primeros europeos ya estaban usando tecnología lítica para cazar y procesar carne, adaptándose de manera efectiva a su entorno. El paisaje en ese momento, en el Pleistoceno inferior, bosques combinados, pastizales y fuentes de agua, proporcionando abundantes recursos para estas primeras poblaciones.

“Son herramientas simples que se hicieron utilizando rocas que se pueden encontrar muy cerca del sitio, principalmente cuarzo y piedra caliza de Flint, que son rocas locales (…) Podemos relacionar estas herramientas con su uso para utilizar los recursos balísticos de la Sierra”, explica el coautor de la investigación.

Las marcas de corte identificadas en el animal que se encuentran muestran evidencia clara del uso de estas herramientas para desarrollar cadáveres de animales, según Rodríguez-Alvarez. “Lo que probablemente estaban haciendo era matar animales pequeños, porque aparte de las herramientas, también hemos encontrado alrededor de 6,000 huesos de animales en esa capa”, agrega.

Por qué Atapuerca es un sitio importante para los arqueólogos

Los sitios de Atapuerca, considerados un Sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO Desde 2000, contienen los restos más antiguos y numerosos de Europa, y los descubrimientos que se han hecho allí han tenido un gran impacto en la ciencia. “Tenemos dos sitios diferentes con fósiles humanos muy antiguos que van desde 850,000 a más de 1,100,000 años en un espacio bastante pequeño de aproximadamente 20 kilómetros cuadrados”, dice el científico.

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Este hallazgo no solo fortalece el papel de Atapuerca como referencia global en el estudio de la evolución humana, sino que también abre nuevas preguntas sobre la diversidad de homínidos que habitaban en Europa en la antigüedad. Los investigadores de Atapuerca consideran que este descubrimiento es un paso significativo para comprender los orígenes de la humanidad en el antiguo continente.

“Hay otros sitios en Francia e Italia que tienen entre 1,000,000 y 1,100,000 años de edad. La diferencia es que no hay fósiles humanos allí. Los únicos fósiles humanos del Pleistoceno inferior, es decir, los únicos fósiles humanos mayores de 800,000 años en Europa, están todos en la Península Ibérica, en Atapuererca”, dice.

Se espera que los futuros estudios y excavaciones continúen arrojando luz sobre cómo las diferentes olas migratorias y las primeras poblaciones humanas dieron forma a la historia evolutiva del género ‘homo’ en Europa.

“Para proponerle a la comunidad científica la existencia de una nueva especie, debe tener muchos fósiles. Hay que hacer estudios muy profundos, y ahora estamos hablando de una sola, que es muy interesante y muy representativa, pero solo es un fragmento de una cara. Necesitamos muchos más fósiles para poder decir con certeza que se parece a ‘Homo erectus’, pero que es diferente,”, concluye los científicos.

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