Estar indecisoproducida por el célebre y multipremiado Fishamble de Dublín, se presenta en el Teatro Traverse, el hogar de la nueva escritura en Escocia. La dramaturga e intérprete Joanne Ryan ha creado una tensa obra de dos personajes, que explora la relación madre-hija. La obra comienza cuando la madre (Pom Boyd), llamada simplemente Madre, ingresa al pequeño estudio de su hija de cuarenta años (Hija, Karen McCartney). El decorado (diseñado por Alyson Cummings) es mínimo: una gran cama doble, un escritorio, un portátil, una silla, algunas estanterías. Al abrir una vieja y maltratada maleta, la madre procede a colocar sus pertenencias muy deliberadamente, por todas partes en el apartamento, aparentemente ajena a que este es el territorio de su hija. La hija protesta, pero en vano. ¿Qué está haciendo la madre allí? Solo gradualmente descubrimos que se está mudando temporalmente, mientras que en su propia casa están construyendo una ampliación. Lentamente, las señales reveladoras apuntan a lo extraña e insensible que es la madre; Ella se sienta sola en la cama doble, recitando una larga lista de personas por las que está rezando; irrumpe en la reunión de negocios de Zoom de su hija; llama tres veces en rápida sucesión cuando sabe que su hija está en otra reunión. En ese momento, la joven está al límite de su paciencia y, como miembro de la audiencia, me quedé sin saber si reír o llorar. La madre experimenta altibajos mientras baila locamente al son de música rock a todo volumen, invitando a su hija a hacer lo mismo, y depresiones en una escena de pesadilla cuando a las 2 a.m. no puede dormir. Está delirando, gimiendo bajo las sábanas, y la hija no puede consolarla. La madre también nos ofrece un flashback ocasional a su pasado, como un recuerdo de la infancia de ella destruyendo una tienda de juguetes porque se sentía inútil y no merecedora de ello. Más tarde, la agresión de la madre se desborda cuando se burla mordazmente de su hija por no tener un trabajo estable, no estar casada, no tener una casa decente y beber demasiado. La absoluta escasez del decorado gris adquiere de repente un nuevo significado cuando la vida y la trayectoria profesional de la hija se ponen en el punto de mira. Después de eso, la hija deja el piso para irse a vivir con su novio. A su regreso, vemos a la pareja intentando algún tipo de reconciliación y prometiendo, como dice la madre, “hablar de cómo soy”. El “podemos intentarlo” de la hija suena cansado y poco entusiasta, sugiriendo la improbabilidad de que esto suceda. La belleza de la obra es que Joanne Ryan no intenta etiquetar a la madre, que evidentemente es bipolar. Se nos muestra su enfermedad a través de sus acciones, monólogos y el repetido “estás enferma” de la hija. La autora ha optado por investigar sin pestañear esta relación agridulce entre madre e hija, evitando emitir juicios. La directora Sarah Jane Scaife dirige magistralmente, mientras que Pom Boyd y Karen McCartney ofrecen dos actuaciones soberbias.
Esta publicación fue escrita por Margarita rosa.
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La versión completa del artículo “In Two Minds”. Female Led Irish Storytelling está disponible en The Theatre Times.