Promover ciudades chicas y fortalecer la de un millón de habitantes para equilibrar y complementar el AMBA. Los ejemplos de Brasil, Chile y Uruguay.
“Gobernar es poblar en el sentido que poblar es educar, mejorar, civilizar, enriquecer y engrandecer espontánea y rápidamente”, escribió Juan Bautista Alberdi cuando la Argentina del Siglo XIX se lanzó con decisión a ser tierra de promisión para millones.
Por supuesto las urgencias actuales llaman a resolver las cuestiones inmediatas de la economía, pero a la vez es obligatorio hacerlo pensando en cómo proyectamos nuestro desarrollo a lo largo de toda la Argentina, creando oportunidades para todos y en todas partes.
Para ello, una primera medida sería la promoción de 100 ciudades de rango intermedio y chicas, para que se conviertan en un contrapeso del AMBA y en base a la explosión de la actividad privada sea atractores de nuestros jóvenes que vean oportunidades y calidad de vida para proyectar su futuro y limite la diáspora de argentinos en el mundo que hoy alcanza los dos millones de compatriotas.
Lo segundo sería fortalecer a nuestras ciudades de alrededor del millón de habitantes para que se transformen en ciudades globales. De esta manera lograremos, escala, especialización y convergencia de una trama de ciudades que se completan y mejoran todas sus competitividades es decir su capacidad de atraer inversiones y retener o captar población y visitantes.
Asimismo, este sistema equilibra y complementa el área metropolitana de Buenos Aires, le resta presión de todo tipo y una vez más apalanca la competitividad de la Argentina toda, y nos estructura la forma de distribuir los incentivos, los recursos, las infraestructuras y las migraciones externas e internas.
Es decir, es una Estrategia con un Plan. Hoy no tenemos política migratoria, esto es grave no solo para los argentinos sino para los hombres y mujeres de buena voluntad que quieren habitar en nuestro país. Si miramos a Canadá otro país americano construido en base a la inmigración, tienen un sistema de migración que concilia las necesidades de desarrollo propio con las oportunidades para los inmigrantes, a la vez que prioriza los permisos de residencias en las provincias que promueve y tienen la necesidad y la capacidad de atraer inmigración.
En 2009, Lula como presidente lanzó en Brasil el programa Minha Casa Minha Vida (MCMV) a través de la Caixa Econômica Federal (CAIXA), Banco Público, con apoyo de fondos federales, lo que llevó a dar respuesta habitacional a millones de brasileños, hacerlos propietarios, y a muchos sacarlos de la informalidad, bancarizarlos y generar mucho empleo.
Con sus diferencias con el sistema chileno y el uruguayo tanto en algunos enfoques y fundamentalmente de escala, podemos decir que tienen las siguientes características comunes: un sistema de subsidios progresivos, casi total para las soluciones de saneamiento o vivienda evolutiva pasando por del orden del 15 al 20% para viviendas completas para ingresos medios.
Papel central del sector privado en competencia y aportando capital propio o asumiendo el financiamiento en especial en las viviendas del sector medio. Rol articulador y central de los Bancos Públicos en Brasil y Uruguay y mayor protagonismo de los privados en Chile. Articulación con el mercado de capitales. Este es el sistema que dio razonable resultado a nuestros vecinos y podemos aprender de sus aciertos y de sus errores.
Otras medidas para aplicar aquí serían:
- Derogar la actual ley de alquileres y permitir que vuelva al mercado los más de 100 mil unidades vacías, dando incentivos para que se ofrezcan en alquiler, por ejemplo, descontarlas de la base imponible de bienes personales.
- Fortalecer el sistema de garantías privado de inquilinos, con apoyo estatal o de entidades financieras públicas en forma creciente de subsidiaridad.
- Reducir los costos de intermediación del mercado y establecer un mecanismo voluntario de mediación, así como la resolución judicial rápida en caso de incumplimiento grave.
- Apoyar con un sistema de subsidios y garantías parciales a los sectores que hoy no acceden al mercado formal de alquileres.
El autor es arquitecto. MDI Universidad Politécnica de Madrid AMDP Harvard University